Es la transformación natural de la descomposición de materia orgánica que incluye restos de alimentos, material de jardín y podas, estiércoles y otros materiales biodegradables disponibles.
El proceso se desarrolla bajo condiciones aeróbicas, es decir en presencia de oxígeno, por lo que durante todo el proceso hay que asegurar estas condiciones para facilitar su adecuada transformación y, sobre todo, para impedir que ocurra putrefacción con la consiguiente generación de malos olores, formación de nefastos gases de efecto invernadero (GEI) o, presencia de sustancias tóxicas en el compost final (ácidos orgánicos perjudiciales, alcoholes, etc.) que aparecen cuando la transformación de la materia orgánica ocurre en ausencia de oxígeno (anaerobiosis).
Es un proceso bio-oxidativo realizado por la acción de diversos consorcios de microorganismos presentes en los propios biorresiduos. El proceso se controla y optimiza asegurando mantener diferentes factores directos que lo gobiernan [proporción C/N, temperatura, humedad, aireación (nivel de oxígeno), pH].
El proceso de compostaje presenta tres fases principales: 1) mesófila; 2) termófila y 3) de humificación o madurez.